Se ha escuchado decir que el Alma de Agave es el más puro y bello de todas las almas. Manteniendo en su interior semejante sustancia, esperando que algún día pueda compartir su ser. Fuerte e intimidante, con una verticalidad abundante, su exterior demuestra un carácter de fortaleza ante cualquier atrocidad.
Nacido en tierra de obsidiana, ha crecido durante toda su vida alrededor de un cuidado celestial, aprendiendo del ser más intelectual. Su interior, nos da fruto y, de su bondad con la tierra, aprendemos de ella.
El campo ha sido y siempre será uno de los sectores más importantes del país, donde millones de personas alrededor del mundo disfrutan del placer de un producto creado a partir de las manos del campesino, sus tierras, su equipo y su tradición. En esta ocasión, es el paisaje Agavero y su historia la que nos enseña y nos nutre el Alma de Agave. Este corto-documental retrata la historia de la planta que ha sido fruto de un pasado singular, un presente fenomenal y un futuro prometedor, atado siempre a la raíz de su gente, su tierra y la ciudad de Tequila.











































